Los New York Knicks hurgaron anoche en la herida que abrieron en los Cleveland Cavaliers en los playoffs, imponiéndose con claridad en su pista por 91-109 y ahondando en las dudas del conjunto de Ohio, último del Este ahora con 1-3 junto a Raptors y Heat mientras el conjunto neoyorquino es séptimo con 2-2. Sin embargo, las bajas de los Cavs tuvieron mucho que ver, sin Darius Garland, Jarrett Allen ni Caris LeVert.
Apenas hace medio año, los Knicks se llevaban por delante la ilusión de los Cavs de su retorno a playoffs por primera vez desde la marcha de LeBron, primera vez del conjunto de Ohio en postemporada sin ‘The King’ también en el presente siglo.
El conjunto de Tom Thibodeau sorprendió tanto por ser el vencedor de una eliminatoria en la que Cleveland partía como claro favorito como por la contundencia del resultado final (4-1), misma claridad con la que los Knicks asaltaron anoche el Rocket Mortgage FieldHouse.
En contraste con una serie de pobres actuaciones entonces que le señalaron entonces, Donovan Mitchell supo liderar a los suyos entre tanta ausencia con 26 puntos -11/20 en TC-, 3 rebotes y 3 asistencias. No obstante, Spida, apenas acompañado por los 11 puntos de Georges Niang e Isaac Okoro y los 10 de Craig Porter no pudo evitar un nuevo colapso de los Cavs ante los Knicks.
El equipo de Thibs, del que se dice que está dispuesto a tirar la casa por la ventana por Joel Embiid, no necesitó de una gran versión de Jalen Brunson, con 19 puntos -7/16 en TC-, 5 rebotes y 2 asistencias del base en una buena actuación colectiva del equipo neoyorquino, con también 19 tantos de Julius Randle, 18 de Immanuel Quickley, 16 de RJ Barrett y 13 de Isaiah Hartenstein.
Los Knicks lo dejaron sentenciado al final del tercer cuarto (86-68). Crece la confianza de New York mientras aumentan las dudas en los Cavaliers.
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