Los Portland Trail Blazers no tenían una papeleta fácil de solventar después de que el pasado mes de julio Damian Lillard, su buque insignia en la última década, pidiera el traspaso a los Miami Heat. El deseo expreso y resolución de la estrella de la NBA parecía abocar a la franquicia de Oregón a un juego de agotamiento. ¿Aguantarían más ellos sin venderle o cederían a la presión de no sacar un mínimo rédito aunque fuera a costa de malvenderle? Finalmente, con la operación con los Milwaukee Bucks, lograron intercambiarlo por un paquete atractivo que les permite acelerar notablemente su proceso de tabula rasa.
Este domingo se destapó la segunda palanca de los Blazers tras haber recibido un base codiciado por la práctica totalidad de la liga en el traspaso por Lillard. Jrue Holiday, miembro de trámite de la plantilla, se iba a los Boston Celtics, aumentando todavía más la cosecha por la marcha de su referente desde 2012.
Portland ha logrado a cambio de su siete veces All Star a Deandre Ayton -número uno del Draft en 2018-, a Robert Williams III -pieza clave en el esquema de los Celtics y otro pívot de mucha calidad-, a Malcolm Brogdon -base de calidad que tiene mercado para seguir ampliando la cosecha en las próximas horas-, a Toumani Camara -ala-pívot belga elegido en segunda ronda del Draft 2023- y tres elecciones de primera ronda en 2024 (Golden State) y 2029 (Boston y Milwaukee). Además cuentan con dos cambios de elecciones con los Bucks para 2028 y 2030.
Hace apenas una semana, la única oferta firme que tenían sobre la mesa los Blazers era la de los Heat, que nunca propusieron mejorarla a lo largo del verano. Su cosecha de haber aceptado hubiera quedado así: Tyler Herro, Nikola Jovic, tres elecciones de primera ronda y varios cambios de elecciones de futuro. Es importante remarcar que falta saber en qué convertirán los Blazers a Brogdon, otro jugador que ya despierta el interés de varias franquicias nada más conocerse la operación con Boston.
Dos torres y una duda
La apuesta de Portland pasa por construir uno de los juegos interiores más potentes de la liga con Williams y Ayton, dos jugadores que pueden complementarse dadas sus respectivas especialidades. El primero es uno de los defensores de pintura más reputados de la competición, y eso puede liberar al segundo de las tareas más arduas para brillar donde siempre ha querido, en ataque.
La reconstrucción de los Blazers pasa por su trío de jóvenes exteriores. El que más entusiasmo genera es Scoot Henderson, número 3 del pasado Draft. En cualquier universo paralelo sin Victor Wembanyama, él hubiera sido el número 1 de calle. Luego están Shaedon Sharpe, número 7 del Draft de 2022, y Anfernee Simons, que en su quinta temporada alcanzó promedios de 21,1 puntos, 2,6 rebotes y 4,1 asistencias por encuentro, dando los mejores minutos de la franquicia sin Lillard en pista.
Ahora mismo, el quinteto de Portland incluirá a uno de los mejores novatos en años recientes (Henderson), a un escolta joven con proyección de estrella (Simons), un alero contrastado y con capacidad y voluntad para ser el pegamento del equipo (Jerami Grant) y dos interiores potentes que cubren tanto el espectro ofensivo (Ayton) como defensivo (Williams) dentro de la pintura.
Es el inicio de un proyecto nuevo, pero difícilmente podrían haber imaginado un comienzo tan entusiasmante hace apenas unos días.
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