Lo normal es que no haya lugar para demasiadas exquisiteces esta tarde (18,45 horas, Movistar), pero la Real buscará interpretar una nueva sinfonía de victoria, la cuarta seguida, en la ciudad natal de Mozart, Salzburgo. La escuadra txuri urdin ha adquirido su ritmo victorioso habitual a estas alturas del curso y quiere extenderlo en la cuna del compositor más prolífico de la historia y de los más geniales. Los de Imanol saben que se juegan muchísimo hoy en el Red Bull Arena, donde, pese al cansancio, quieren salir como toros, los animales que adornan el escudo del enemigo.

Los datos del Salzburgo-Real Sociedad
Un triunfo ante el RB Salzburgo, que derrotó al Benfica en la jornada inaugural (0-2) y los cuatro puntos consiguientes en tabla supondrían dar un paso trascendente hacia la conquista de la misión primordial de seguir en Europa, tras la igualada ante el Inter de Milán en Anoeta (1-1). La Real quiere recuperar en Austria los dos puntos que se perdieron en ese minuto 87 del debut ante el subcampeón del torneo, al que la Real bailó durante 80 minutos y pudo aplastar. El objetivo a estas alturas es quedar entre los dos primeros o, como mal menor, ser terceros y el campeón de Austria es un rival directísimo.
Los más jóvenes de la historia
Imanol sabe que se va a topar con un equipo jovencísimo, plagado de proyectos de cracks que utilizan el escaparate de la Champions para reivindicarse, mostrar lo mejor de su juego y ‘venderse’ a los grandes. Es como un casting para ellos. Juegan sin complejos, presionan como animales y tienen energía para correr todo el partido. Son letales a la contra. Su extrema juventud les hace irreverentes: el once inicial del Salzburgo que conquistó el Estadio de la Luz en Lisboa fue el más joven de la historia de la Champions League, con una media de edad de 21 años y 183 días. Menos que un filial.
Pero Imanol viajó a Salzburgo con ese brillo en los ojos de saber que su equipo llega con ese ‘flow’ que le ha hecho grande estos años. No son sólo las victorias sucesivas contra el Getafe, el Valencia y la brillante contra el Athletic, son los minutos de exquisitez ante el Madrid y el Inter y ese momento de forma estelar de jugadores que pueden decidir partidos por sí mismos como Kubo, Brais o Barrene.
Dos K.O.; los demás, O.K.
Los únicos que se tuvieron que quedar en Donostia fueron Tierney y Odriozola y entre los 23 convocados, Imanol, tres partidos después, por fin pudo incluir al ruso Arsen Zakharyan. Eso también suena a música, a balalaika para ser más exactos. Se prevén algunos cambios, sobre todo en la delantera, a la que seguro volverá Oyarzabal y quizá Carlos Fernández.
Los jugadores txuri urdin estuvieron revisando ayer por la tarde el césped del escenario del encuentro, con capacidad para 31.000 espectadores. Es probable que roce el lleno, pero siempre está lejos de ser un infierno. No obstante, es un equipo que se crece en su musical lugar de origen: el Chelsea el pasado curso (1-2) ha sido el único visitantes capaz de ganarle en su feudo en sus últimos nueve partidos europeos, que arrojan un balance de seis victorias, dos empates y una sola derrota.
Son jóvenes, son como toros, pero esta Real torea a cualquiera. Que suene la música…de Mozart.