Después de que los propietarios de Mediapro prescindiesen de él, Jaume Roures apareció en RAC 1 para contar detalles de la intrahistoria. Lógicamente, habiendo salvado a Laporta de tener que repetir elecciones y siendo un actor con muchos recovecos pero siempre determinante en los últimos 20 años del Barça, Roures opinó sobre la situación del club.
Negó querer presidir o comprar el Barça, pero sí defendió la necesidad de plantear un debate sobre el actual modelo de propiedad. Tomó el ejemplo del United, de nuevo en venta, para suponer que si el Barça cediese un 25% de su propiedad, podría ingresar unos 1.500 y arreglaría sus problemas. “Si te quitas la losa, mira el futuro que tienes por delante”.
También Jaume Llopis, en el Círculo Ecuestre, pareció apostar por un modelo híbrido de gobernanza que sacaría al Barça del atolladero. Todo esto es cierto. Tanto, como que si el modelo de propiedad de los socios ha durado 124 años, no debe ser ni malo ni inviable, además de ser uno de los valores diferenciales del club.
El problema no es de propiedad o de gobernanza sino de administrar bien. Porque, si ingresas 1.000 millones, pero pagas los mayores salarios de la historia del deporte, como con Bartomeu, la pandemia te mata, a la que dejas de ingresar tanto. Si, como ahora, para reflotar el club, vendes patrimonio, generas menos ingresos, gastas más y tienes más deuda, como denuncian Font, Llopis o Ciria, no habrá forma de volver jamás a tener un Barça saneado. Ojo, pues, que desde dos ópticas tan distintas del barcelonismo se ponga ahora este tema sobre la mesa es que algo se está cociendo.