En Río de Janeiro ya no sólo disfrutan muchos fanáticos de Boca, que el sábado ya serán más de 100.000 y terminarán redondeando una movilización futbolera histórica. Ahora, en esa ciudad brasileña que enamora, también se encuentran los jugadores y el cuerpo técnico, liderados por el vicepresidente Juan Román Riquelme. A todos por supuesto los une la misma obsesión: “La Séptima” Libertadores. Los xeneizes ya levantaron esa Copa tan especial una media docena de veces, pero hace 16 años que la ganaron por última vez. Ha pasado demasiado tiempo. Es hora de reconquistarla.
El sábado, Boca jugará la final a partido único en el mítico Maracaná contra un Fluminense que nunca ganó la Libertadores y que mete miedo con algunas de sus individualidades: Marcelo, Ganso, Keno y el goleador argentino Germán Cano, más la frescura de André y John Kennedy.
A Boca no le importa. Pasó las series de octavos, cuartos y semis con una curiosidad: empató todos los partidos y se clasificó siempre por penales. Parece muy enfocado en esta final. Transmite tranquilidad. El equipo, si bien no convence, se ha fortalecido y ha encontrado por fin una formación habitual. Tratará también de hacer pesar su historia, su tradición copera, en gran parte alimentada por el hoy vicepresidente Riquelme.
No hay misterios en Boca. Jorge Almirón sólo hará un cambio con respecto a la semifinal contra Palmeiras. Por el expulsado Marcos Rojo, entrará Nicolás Valentini. De ese modo, apelará a estos 11: Sergio Romero; Luís Advíncula, Nicolás Figal, Nicolás Valentini, Frank Fabra; Cristian Medina, Ezequiel Fernández, Pol Fernández, Valentín Barco; Miguel Merentiel y Edinson Cavani.
Eso sí, en la práctica del miércoles por la mañana, hubo un cambio. Entró Luca Langoni por Valentín Barco, quien simplemente no ensayó por una cuestión de precaución debido a un golpe sufrido en el último partido ante Estudiantes. Además, Almirón aprovechó para probar a Langoni, una variante de cambio interesante si Boca llegase a tener que remontar el partido en algún momento.
Ese fue el último ensayo de Boca en Buenos Aires. Luego del almuerzo, el plantel viajó a Río de Janeiro, para instalarse en un imponente hotel de Barra de Tijuca, donde rápido se acercaron cientos de hinchas. Y los jugadores salieron a saludar y a sacarse fotos.
Este jueves y viernes habrá práctica en el estadio de Vasco da Gama, con una breve apertura a la prensa. Y después del entrenamiento final, conferencia de prensa con Almirón y seguramente Cavani. Mientras tanto, los fanáticos de Boca siguen invadiendo Río de Janeiro, arribando de a miles.
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